Los pocos que
aquí quedan se fijaron como meta conservar el lugar y convocar a los
suyos. No sin cierto orgullo tengo que decir que entre ellos, me ponen
como excusa para volver de vez en cuando, sobre todo el Sábado Santo,
que se celebra la festividad en mi honor.
¡¡Cómo cambian
los tiempos!! No hace tanto veía pasar, con dirección a Villarmide, a
los mozos el Domingo de Ramos, cargando con desmesuradas ramas de
laurel para competir por el ramo más grande. Esos mismos mozos
partirían a principios de verano a segar a Castilla como jornaleros.
Tampoco hace tanto que delante del altar, frente a mí, había en el
suelo una loseta que evitaban pisar todos aquellos que querían
casarse. Hoy contemplo, con simpatía he de reconocerlo, como se cambió
el uso de una nave para convertirla en “disco-cuadra”, como se lucha
por mantener vivo el pueblo con actos de hermandad entre antiguos
vecinos, familiares y amigos y cómo también, dicen que gracias a mí,
algunas caras nuevas aparecen de vez en cuando por los caminos del
pueblo.
Quiero manifestar
desde aquí que, aunque no sea el orgullo un sentimiento propio de
santos, me siento orgulloso de los hijos del Navallo, reconocido por
su devoción hacia mí y muy honrado por terminar aquí en este
pueblo después de haber recorrido tanto mundo.
Desde esta
ventana hacia el mundo quiero abrazar a todos los que de alguna forma
tienen algún vínculo con el Navallo, invitar a los que nunca vinieron
y recordar a los que ya estuvieron, que no se olviden de volver y
contarme cómo les va.
Para
saber algo más
acerca de mi azarosa vida, dentro de este mismo espacio Web en "El
Rincón de la Historia" podrán conocerme un poco mejor.
Os quiero convocar todos a la fiesta que tendrá lugar el día 23 de abril de 2011. La información la podéis encontrar en el capítulo de "Noticias" del espacio dedicado a la "Asociación de Vecin@s"