Ogullo herido

Por: “Pícaro”

 

Siempre fui del Madrid. En el recreo, invariablemente, arrancaba por el lateral derecho y enfilaba la portería contraria, la del Deportivo Lugo por supuesto. Las alineaciones eran bastante arbitrarias puesto que no siempre éramos los mismos. Sea como fuere, lo que no cambiaba nunca era el duelo Real Madrid – Deportivo Lugo. Ni que decir tiene en qué equipo jugaba yo.

Me costaba bastante llegar porque el campo era cuesta arriba, y siempre me tocaba atacar desde la parte más baja. Cuando ya no podía más, buscaba con la mirada a mi amigo y confidente Manolo para pasarle el balón pero…. ya desde el suelo, porque en cuanto levantaba la vista siempre tropezaba con algo. Era incapaz de correr sin llevar la cabeza agachada.

Mientras, dos regueros de sangre asomaban por los agujeros de las narices y por el agujero del pantalón.

Miré hacia el grupo de las chicas y allí estaban. La mayoría ni se había enterado de mi fallido intento de marcarle un gol al Lugo. Entonces mi buen amigo Manolo pasó su brazo por mis hombros..

-¿Mancáchete moito?
-No, casi non me doi nada –dije con lágrimas en las mejillas y la voz entrecortada por el llanto.

El dolor más difícil de soportar era el del orgullo. Mi amor propio herido. El revolcón por el suelo entre las risas de los del Deportivo Lugo. El grupo de chicas, entre las que, una de ellas…. especialmente una, sí me había visto caer. Eso sí era un verdadero dolor.

-Oy Manolo…, e ¿tu… tes moza?
-¿….? ¡Tú tas tolo!. Mira que cousas se che ocurren.
-Booo…,e  logo ¿qué…? ¿Non podías tela?
-¿Non che digo eu..? Toleas.
-Pois… Eu teño…. –Afirmé con aplomo, mientras la manga del jersey hacía las veces de pañuelo dibujando una franja sanguinolenta de mejilla a mejilla.
-¿Cómo que tés..? Eeee… ¿quén é logo?
- É Ana. Pro ela ainda non o sabe. Como digas tú algo… mátote….. ¡¡Ay cómo me doi a rodilla!!
-¡Esta si que e boa!.  Non te das cuenta que ela é moito mais grande.
-Tanto non ¿ou?. ….. ¡¡Ufff!!
-¡¡Home non oh!!. Ana, con seis anos e tú con cinco. ¿Cómo vai mirar pra ti?
-¿….? Bueno…., eu cumplo seis en noviembre…. ¡¡Como me castigue a señorita de rodillas….!! ¡¡Buff!!

Aquel día el golpe fue más fuerte. Unas raíces que asomaban me atraparon un pié,  y la rodilla derecha, las palmas de las manos y la punta de la nariz pagaron las consecuencias. Cuando abrí los ojos, un corro de caras me observaba,  mientras unas manos se metían por debajo de mis sobacos y me alzaban en el aire a la vez que la voz de Montsita decía:

-¡¡Xa verás cando chegues a casa.!!  ¡¡Mira como puxeche o pantalón.!!  ¡¡Hate matar tua mai.!!

-¡¡Foi falta!! –grité entre sollozos- ¡Alguén me deu unha patada!.

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