Nos preocupa...

El entorno de nuestros pueblos

 

Normativas y reglamentaciones van, por lo general, por detrás de lo que el uso y la costumbre va demandando. Esto suele crear cierto vacío legal que su efecto en la vida diaria no siempre es el deseado.


La despoblación que van sufriendo las zonas rurales, el consiguiente abandono de las actividades agrícolas y ganaderas y la modificación de usos que se va dando a los terrenos se vio en gran medida favorecida por una discutida política de concentración parcelaria que no siempre produjo los efectos que se habían previsto.

Vista del barrio de Vilanova -Vilarmide- (Agosto de 2010)

Fontiña do Vilar (Fotoegrafía de Silvia Muruáis)

El efecto inmediato de la “Concentración” fue una dramática modificación del paisaje. Desapareció la riqueza cromática, las pequeñas fuentes que brotaban en algunos muros, la diversidad de texturas en pequeñas fincas…. Amplias pistas de tierra surcaron las tierras rodeando espacios de color uniforme. Polígonos parcelados se apoderaron de los pequeños huertos con la intención de rentabilizar las explotaciones.


Muchos de los propietarios no viven en el pueblo, con lo cual el único uso “racional” que pueden dar a las nuevas parcelas es la repoblación forestal.

Tal vez la falta de normativa reguladora, la falta de información y, por qué no, la perspectiva de una rentabilidad a medio plazo, llevó a una desmedida proliferación de parcelas repobladas de pinos y eucaliptos que amenazan incluso la propia seguridad de los habitantes por la proximidad al pueblo. Unido a ello va un deficiente estado de conservación de las pistas cubiertas de maleza, lo que las transforma, de un hipotético cortafuegos, a un magnífico vehículo de propagación.

Se impone ya, y principalmente por motivos de seguridad, la adopción de algún tipo de medidas que pongan fin y corrijan la actual situación. A parte de la necesaria concienciación de los propietarios, se debiera imponer la obligación de conservar los terrenos y sus accesos desde la administración, mediante el cobro de tasas de conservación a los propietarios que no realizasen estas tareas. Con ello se podrían crear brigadas de actuación en el medio rural lo que daría seguridad a propiedades, personas y animales y, porqué no, contribuiría a la creación de empleo en la zona.

El paso natural y tradicional, sobretodo peatonal y agrícola, hacia margen izquierdo del río, es a través del puente ubicado en el entorno del molino de Rocha. Lejos de ser el puente que nos une con nuestros vecinos de Galegos y demás pueblos del Ayuntamiento de Riotorto, en la actualidad ”nos separa” debido al riesgo que supone su uso.

 Si bien es cierto que la mayor parte de las comunicaciones se realizan por carretera, la pesca constituye una actividad importante en nuestro entorno, sin olvidar que el senderismo podría convertirse en un importante reclamo, si para ello mantenemos una infraestructura en óptimas condiciones y conservamos nuestro rico entorno natural.

 La construcción actual data de 1.965 y su estado de conservación es pésimo. No tiene ningún tipo de barandilla, la estructura está combada y los pilares sobre los que se asienta presentan grietas y falta de verticalidad.

El estado del puente

Fotografía de Octubre de 2010

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